La artritis o artrosis es un proceso degenerativo que afecta tanto a los tejidos blandos como al hueso que forma las articulaciones.
Este proceso puede producirse en cualquier articulación del cuerpo del animal, pero las más afectadas son la cadera, la rodilla, el codo y las articulaciones de las vértebras. Se trata de un proceso de inflamación crónica por una degeneración del cartílago articular.
Se calcula que un 20% de perros y gatos adultos sufren de artrosis en alguna articulación, siendo más frecuente en animales de gran tamaño o peso y aquellos de edad muy avanzada. Aunque parece que los animales toleran mejor el dolor que los humanos, porque no se quejan como nosotros, esto no es así realmente. Lo que sucede es que en la naturaleza, mostrar signos de dolor es equivalente a ser más vulnerable a depredadores y competidores y por eso los animales tienden instintivamente a no hacerlo. Eso no significa que no sufran las mismas sensaciones desagradables que el dolor produce y sus consecuencias.
Para saber si nuestro animal siente dolor debemos fijarnos en cambios en su comportamiento como la tendencia a no moverse, mostrar apatía, dificultad para subir a los sitios o para levantarse del suelo, agresividad si intentamos tocarle, ladrido/maullido excesivo, disminución del apetito y, por supuesto, si presentan cojera. Actuar a tiempo es fundamental para conservar e incluso mejorar la calidad de vida y el bienestar de nuestra mascota con artrosis.